La Reconquista


La política de Beresford no logró los resultados esperados. Pronto Buenos Aires fue un semillero de conspiraciones y varios planes simultáneos se tejieron para dar fin al dominio inglés. Los actos hostiles hacia los invasores fueron frecuentes, aunque tampoco faltaron contactos amistosos entre los jefes británicos y las clases altas de la burguesía colonial. 
Se tramaron golpes de mano sumamente audaces y uno de esos planes contempló la posibilidad de cavar una mina hasta los subsuelos de los cuarteles del 71 y volar a sus ocupantes. 
Juan Martin de Pueyrredón, a su vez, reunió varios centenares de paisanos en Perdriel, los cuales el 1ro. de agosto de 1806 fueron dispersos por un ataque conducido por Beresford.

Santiago de Liniers marino francés al servicio de España, y a quien Sobremonte, que al parecer desconfiaba del oficial galo, había designado en un puesto de importancia menor (comandante del fuerte de Ensenada), se presentó al gobernador de Montevideo, Pascual Ruiz Huidobro y éste a su pedido le confió la reconquista de la capital. 
Con un millar de hombres, entre los que se contaban corsarios franceses comandados por H. Mordeille (entre cuyos subalternos se encontraba Hipólito Bouchard), Liniers cruzó el río el 3 de agosto. El 9, empantanados los caminos por el lluvioso invierno porteño, la columna llegó a San Isidro. Pueyrredón, sus voluntarios y muchos otros se sumaron a esta fuerza que arribó el 10 a Miserere con sus efectivos duplicados por el concurso popular. 
El 11 ocuparon el Retiro, donde Beresford había colocado una pequeña fuerza. El mal tiempo favoreció a Liniers: su ejército contó con la ayuda de la población para arrastrar la artilleria por los caminos cubiertos de barro, mientras Beresford no pudo movilizar su corta tropa y salir a campaña en busca de una decisión en campo abierto. La lucha en las estrechas calles, con las azoteas cubiertas de francotiradores hostiles, le resultó fatal 
Después de fracasar un intento de negociación debido al ardor de las milicias. Liniers llevó un asalto a fondo sobre la plaza y el Fuerte convertidos en baluartes de la resistencia enemiga. 
Beresford debió rendirse tras corta pero dura lucha.  Parece ser que Liniers prometió la repatriación del ejército vencido Ante la presión de los jefes españoles debió desdecirse y los ingleses fueron internados en el territorio del Virreinato. Beresford, Pack y otros oficiales quedaron en Luján.

Juan Manuel de Pueyrredon

                                                       
Juan Martin de Pueyrredón, a su vez, reunió varios centenares de paisanos en Perdriel, los cuales el 1ro. de agosto de 1806 fueron dispersos por un ataque conducido por Beresford.


Santiago de Liniers







Santiago de Liniers marino francés al servicio de España, y a quien Sobremonte, que al parecer desconfiaba , había designado en un puesto de importancia menor como comandante del fuerte de Ensenada